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Los niños son una población especialmente vulnerable a la contaminación medioambiental, debido a que sus sistemas corporales todavía se están desarrollando, respiran más aire, comen y beben más (proporcionalmente a su peso) que los adultos y no han aprendido todavía a autoprotegerse.
Entre estos contaminantes medioambientales se encuentran los Compuestos Orgánicos Volátiles (C.O.V.), que se evaporan a partir de determinadas sustancias como los barnices de muebles, y el formaldehído, gas industrial tóxico que se utiliza en la industria maderera para los contrachapados, conglomerados o tableros de melamina. La exposición crónica a tales sustancias ocasiona irritación ocular, nasal, faríngea y bronquial y puede inducir a la aparición de enfermedades.
Es una gran responsabilidad garantizar la seguridad ambiental en el espacio donde los niños pasan más rato en sus primeros meses de su vida. Por ello elaboramos un mobiliario ecológico sin tóxicos, especialmente bajo en C.O.V. gracias a la utilización de barnices ecológicos, y sin formaldehído, ya que nuestras maderas son macizas, sin insecticidas ni metales pesados que podrían convertirse en agentes irritantes o carcinógenos
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