No está mal aprovechar la idea de que algo empieza con el nuevo año y poner al día nuestros propósitos de renovación.
Los comienzos, son momentos perfectos para pasar página de las cosas que nos aportaban poco, casi nada o en el peor de los casos, nos hacia mal. Renovar propósitos, e intentar estar más atentos a aquellas necesidades que comúnmente, con la excusa de la falta de tiempo no las contemplamos, es oxigenarse.
A veces los propósitos de Año Nuevo son mucho más fáciles de hacer que de mantener. Es necesario un esfuerzo continuado para no abandonar nuestras pautas más personales y valorar nuestro tiempo/espacio.
Fijarse una meta específica
Marcar un objetivo alcanzable nos brinda la oportunidad de planificar exactamente cómo se va a lograr el objetivo a lo largo del año.
Centrarse en un solo propósito
Intentar abrir demasiados frentes puede acabar suponiendo una dispersión de las energías, intentar precisar nuestras prioridades personales nos ayudará en la tarea.
Ir poco a poco
Un largo camino empieza por un único paso. (Lao Tsé)
Evitar la repetición de errores
Poder reconocer donde hemos dejado que nuestro enfoque se perdiera y corregir siempre que sea necesarios antes de continuar el camino.
Todo cambio es un proceso
La consecución de nuevos objetivos y cualquier cambio lleva tiempo, por lo que es necesario estar atento para no rendirse.