3 razones para Meditar y mejorar nuestro día a día

La meditación se hace presente en el día a día de muchas personas en el mundo que ven esta práctica cómo una vía de escape para eliminar el estrés y ganar algo de tranquilidad.

La meditación no exige ninguna capacidad en particular, de forma que cualquier persona la puede practicar y comprobar sus beneficios rápidamente.

Sin embargo, aunque no requiere capacidades especiales, sí que necesita un compromiso real para practicar la meditación de una forma regular y eficaz.

Cómo ya explicamos en nuestro artículo  “¿Qué necesitamos para meditar correctamente?” es importante mantenerse inmóvil, utilizar los cojines de meditación correspondientes y concentrarnos en nuestro cuerpo y en nuestra respiración.

A parte de ayudar a combatir el estrés en nuestro día a día, hay otras razones para las que la práctica habitual de la meditación nos ayudará:

1.- Meditar para solucionar dificultades.

La meditación nos ayuda a aceptar los problemas y a encontrar soluciones alternativas de una forma más calmada.

Así podemos dar con la mejor solución y evitamos que estas dificultades nos ahoguen.

Gracias a la meditación, afrontamos las dificultades de una forma distinta, más calmada, sin agobios, sin juicios. Si la practicamos habitualmente nuestra manera de enfrentarnos a los problemas será totalmente distinta y mucho más serena.

2.- Meditar para ganar confianza.

En nuestro día a día pasamos mucho tiempo intentando controlarlo todo: las relaciones, el trabajo, las agendas, nuestro cuerpo… Cuando algo se escapa de nuestro control, fácilmente generamos frustración, ansiedad y estrés.

La meditación también nos ayuda a afrontar este tipo de problemas. Nos ayuda a estar relajados frente al cambio y la incertidumbre, nos genera confianza y valentía. Así sabremos canalizar nuestros pensamientos, aceptar los cambios y ver la belleza de la imperfección.

3.- Meditar para aceptarnos.

Siguiendo esta línea, la meditación nos ayuda, no sólo a aceptar los cambios y a las personas, sino también a conocernos mejor y a aceptarnos a nosotros mismos.

Siempre queremos estar perfectos y ser perfectos en todo lo que hacemos. Tendemos a ser muy exigentes con nosotros mismos y a menudo nos juzgamos sin piedad. Así, nuestros objetivos personales se convierten en presiones cuando nos dejamos llevar por aquello que la sociedad nos impone.

Meditando conseguiremos dejar a un lado estas presiones, aceptando que hacemos las cosas de la forma que mejor sabemos hacerlas.

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