Directa de la naturaleza a la mesa.
Nuestra salud depende directamente de la cantidad y calidad de los alimentos que consumimos. Pero nuestro modelo de alimentación tiene también una enorme influencia sobre la calidad de nuestro medio ambiente.
Los alimentos son, con mucho, el flujo de materiales más importante que entra en los hogares, con entre uno y dos kilos por persona y día.
Antes de llegar a nuestras casas, además, la comida puede pasar por múltiples procesos de transformación y ser transportada a lo largo de muchos miles de kilómetros.
Por esta razón, las elecciones que hagamos en nuestro próximo paseo por las estanterías del supermercado, son una de la palancas más poderosas con que contamos para avanzar en la dirección de un planeta cada vez más esquilmado o, por el contrario, de un mundo cada vez más sostenible.
Así pues, manos a la obra. La próxima vez que vayas a comprar comida, fíjate en algunas de las opciones que se describen a continuación, de eficacia garantizada para mejorar la calidad ambiental de nuestro planeta y también nuestra propia salud
Elige productos con etiquetas cortas e ingredientes reconocibles
Evita, en lo posible, alimentos que contengan colorantes químicos, escoja los naturales como la cochinilla. Huye de los conservantes, antioxidantes, etc
Come menos carne y de mejor calidad
Establece su consumo de carne en unos 35 kilos al año, o 100 gramos diarios. Come carne de la mejor calidad posible (puedes reinvertir así el dinero ahorrado en comer menos carne).
La carne de cabras y ovejas es ahora mismo la más sostenible que se puede comer en nuestro país.
En el caso de los huevos, elige siempre los procedentes de producción ecológica o campera. Están identificados con un 0 o un 1 en el código marcado en cada huevo
Cultiva algunas delicatessen en un huerto (incluso en un balcón)
Simplemente, si dispones de un pequeño espacio al aire libre y tienes ganas de probar la sensación de recoger aquello que uno mismo siembra, en el sentido más fiel de la expresión, practica la “urbanicultura”. No sólo comerás mejor y más económico, sino que contribuirás a la sostenibilidad de tu entorno y aprenderás a apreciar mejor el esfuerzo de la autogestión
Elige el pescado no sobreexplotado
La pesca es la única fuente de alimentos en gran escala que procede de la captura de animales salvajes. Pero hay capturas y capturas:
Los peces pequeños y gregarios son una buena opción. Es el caso de las tradicionales pesquerías de sardinas, arenques o jureles. Estos peces viven en bancos de millones de individuos, y se alimentan muy abajo de la cadena alimenticia, a base de partículas de plancton. En general, el pez pequeño (no el pezqueñín) es mejor que el grande para comprar.
Busca las etiquetas de los alimentos sostenibles: agricultura ecológica, y otras
Las etiquetas de agricultura ecológica y denonimación de origen nos garantizan que adquirimos alimentos procedentes de sistemas agrícolas y ganaderos con bajo impacto negativo sobre el medio ambiente.
La agricultura ecológica es extensiva, al no forzar la producción por medio de productos químicos. Por esta razón, sus productos son más caros que los convencionales. Pero tiene la gran ventaja de reducir drásticamente el contenido en compuestos tóxicos de sus productos y asegurar el no uso de semillas transgénicas.
Más frutas, verduras y legumbres
Aumentar el consumo de frutas y verduras mejora la vida de muchas maneras, a corto, medio y largo plazo.
Las verduras de temporada son la mejor opción en materia de vegetales. Puedes conseguir calendarios completos de la mejor época para comprar toda clase de fruta y verdura en los departamentos oficiales de consumo y alimentación, así como en los mercados municipales.
Aumentar el consumo de legumbres es bueno para nuestro bolsillo (las legumbres contienen tanto alimento como la carne y a un precio muy inferior) y también para los ecosistemas, pues contribuyen a regenerar los nutrientes de los campos de cultivo
Compra con habilidad
La frecuencia de nuestras compras, el lugar donde las hacemos y la cadena de distribución implicada tienen también importantes consecuencias sobre el medio ambiente y la sostenibilidad.
Los mercadillos locales son una buena opción para comprar productos sacados directamente de la tierra, sin apenas transformación y usando técnicas tradicionales de cultivo.
Mas información http://www.larutadelaenergia.org/pdffvs/GFVSalimentos.pdf
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