¿Los lunes son un suplicio? ¿Despertarse supone un trauma diario? Sigue nuestros simples consejos y notarás un gran cambio a la hora de levantarte.
Respira profundamente, ¡y estira!
Está de moda ser “runner”, cachas y levantar enormes ruedas de camión, pero mejor vayamos a algo mucho más básico, beneficioso y útil para comenzar el día: Respira profundamente, y estira.
Los nativos americanos se aplicaban cada mañana imitando la naturaleza. Ellos, como pacientes observadores de los animales (observadores en directo, no había documentales) lo tenían claro: hay que oxigenar los músculos debidamente.
Quien tenga gatos se habrá dado cuenta de que los felinos dedican gran parte de su tiempo a dormir y estirar sus músculos, probablemente las dos rutinas más importantes (y olvidadas) por los amantes del fitness.
Con tan sólo un par de minutos de dedicación “recolocas” y oxigenas tu aparato locomotor. Estirar cada mañana es un encendido natural en el sistema operativo de nuestro cuerpo. Evitarás dolores y lesiones musculares.
Agilidad, fuerza y una sensación de bienestar instantáneo por el módico precio de cero euros; y sin ajustarse mallas ni caer en paripés.
Ducha (y tiempo) para sentirse humano
Hay mucha gente partidaria de la ducha antes de dormir, la cual relaja y aporta un pus de limpieza entre las sábanas (aunque, seamos sinceros, se suele adelantar a la tarde para arañar unos preciosos minutos por la mañana). Sin embargo, si lo que se busca es empezar el día “full power” los médicos coinciden: No hay mejor manera de empezar el día que bajo un chorro de agua.
Una buena ducha activa la circulación y despierta el sistema nervioso. Además de apagar la somnolencia, fomenta la creatividad conectando nuestro cerebro con el día que está por delante. En definitiva: la ducha, bien utilizada, es también una forma de meditación.
Por otro lado, es importante levantarse con tiempo suficiente, sin apurar demasiado, para que todo se vea diferente, incluida nuestra cara. Sentirse a gusto con el aspecto físico es básico para todo ser humano. No se trata de plegarse a la moda más absurda, o vestir como si cada día nos hubieran invitado a una boda, pero sí de mimarnos e hidratar la piel. Además de estar saludables, es muy sano para la autoestima aparentar salud. Deberíamos cuidar los detalles y salir a la calle con tranquilidad, sin estresarnos de buena mañana. Tiempo al tiempo…
Tostadas, bollería, fruta y…
Como hemos comentado, un gran olvidado en las rutinas de entrenamiento es el sueño. Dormir ocho horas “quema” una media de 500-600 kilocalorías, ¡el doble que caminar dos horas a paso rápido! Una persona que quisiera perder peso debería empezar por ampliar sus horas de sueño.
¿Beberías abundante agua, al finalizar una larga caminata? Lo mismo ocurre al despertar. Con tanto “desgaste” nocturno es básico hidratarse al despertar… y no, no basta con un cafelito. Lo habitual es perder un kilo cada noche sólo por transpiración. Al despertarnos el cuerpo necesita hidratarse y eliminar toxinas con más ahínco que en ninguna otra fase del día.
Y no debemos olvidar que el café, el monstruo de antaño que formaba binomio con el tabaco, se ha convertido en todo un poderoso aliado contra el envejecimiento. Cero calorías, antibacteriano, y con 500 veces más antioxidantes que la vitamina C. Si tu tensión lo permite, no renuncies a éste oscuro y sano placer.
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