La historia del descanso nos ha dejado numerosas anécdotas, aquí te presentamos ocho de ellas para reflexionar. ¡En descanso, cualquier tiempo pasado fue peor!
1 – Dormir en el mismo lugar, una práctica muy reciente.
Hasta que se inventó la agricultura (y con ella, las ganas de quedarse en un sitio fijo), los seres humanos fueron nómadas. Los primeros homo sapiens aparecieron hace 190.000 años… y la agricultura “sólo” tiene 10.000 años de antigüedad. La frase “me voy a MI cama” ocupa un espacio mínimo en la historia de la humanidad.
2 – “Carpe Diem” fue algo más que un dicho.
Los romanos no fueron una cultura amante de dormir, aunque gustasen de comer (y de muchos otros placeres) recostados en la cama. Hacían todo lo posible por pasar el máximo tiempo despiertos, ya que consideraban la noche como una pérdida de tiempo. Los acueductos no se construyen solos.
3 – Para algunas culturas, dormir era sagrado.
Los egipcios veían el acto de dormir y el de criar malvas de un modo muy similar, tanto que interpretaban los sueños como si fuera un chat directo con los dioses. ¿También sufrían pesadillas, como nosotros, con reuniones a las que acudían desnudos? ¡Nunca lo sabremos!
4 – Para algunas culturas, dormir sigue siendo sagrado.
Imaginemos una cultura lírica en la que todos provenimos de un gran sueño, formamos parte de la Tierra y poseemos canciones propias, cuyos versos guían nuestros pasos. No hace falta imaginarla, existe: Así de preciosa y ecológica es la relación de los aborígenes australianos con el sueño desde hace miles de años.
5 – El apestoso descanso en la Edad Media.
Si la plebe dormía donde buenamente podía, entre la inmundicia y sin habitación propia, los señores feudales lo hacían sobre pieles, plumas, paja… y todos muy juntitos. No había mejor manta que un invitado rollizo. Fue un tiempo muy feliz… para insectos y plagas.
6 – La república independiente del vikingo.
Cuando los fieros vikingos no se encontraban masacrando y saqueando poblaciones costeras, hacían sus pinitos como mañosos carpinteros. Fueron los primeros en incorporar marcos desmontables para aprovechar el espacio durante el día. ¿Lo llamarían CÄMMEN?
7 – El cabecero, ese gran desconocido.
Las primeras camas “modernas”, con sus patitas, aparecieron en el siglo XV. El objetivo del cabecero (originalmente, fabricado en madera) no era ornamental, sino servir de barrera para apoyar la espalda contra una superficie que no congelase la espalda. Faltaban siglos para la calefacción central.
8 – Yacer desnudos, un lujo de novela.
Romanos aceitados, higlanders sin camisa, cortesanas a pecho descubierto… El cine y la televisión nos han enseñado un pasado muy sexy. Todos dormían como vinieron al mundo, ¡y depilados! Mentira. Hasta hace muy poco dormir vestido ha sido un imperativo climático (¡vestidos, y sin depilar!).